Al volver la página del “Haiku de las cuatro estaciones”, Matsuo Basho, me dice:
“¿Por el rostro de las flores
será intimidada
la luna tenue?
En mi estudio tengo los objetos y “utillaje” habituales de todo “despacho”. Hasta animales tengo: un camello, una jirafa y, por supuesto, una morsa. Pequeño Bestiario que convive con algunas fotografías debidamente enmarcadas. La última, recortada de La Vanguardia, es la imagen de “La gran carrera” en la que Llullu y su padre, Màrius, posaron sobre una alfombra (para el periodista) simulando ser atletas en una gran carrera.
Aproveché mi primer paseo matutino para recorrer la calle Córcega hasta la Diagonal. Una vez allí descendí por el Paseo de Gracia para cruzarme con los mismos turistas de siempre (bueno, a mi me parecen los de siempre, aunque deben ser “otros” naturalmente) hasta llegar a la Casa del Libro. En el apartado de novedades, encontré fácilmente el último libro de Màrius Serra: Quiet, Editorial Empuréis, por 15 €. Traducido también al castellano.
Ya estaba al corriente, por Oriol, de la existencia de Llullu (“Luís nació con una grave encefalopatía que la ciencia neurológica todavía no ha sido capaz de definir (y) que el lenguaje familiar se las apaña con la fórmula, suficiente reveladora, de parálisis cerebral”). Sabía, también, de la actitud de Màrius y su familia “integrando” a Llullu, con su enfermedad y todo su “equipaje”, no precisamente bajo ninguna actitud “encubridora”, de las del estilo de ¡aquí no pasa nada!, sino, muy al contrario, “sumando” (y no “restando”) a Llullu de su vida corriente y moliente, reinventando un metalenguaje oral y, sobre todo físico, pero especialmente un mundo nuevo donde el tiempo, tal como lo conocemos, sencillamente, no existe.
Dice Màrius Serra, en Prefacio del libro “
Con los años, me dado cuenta que convivir con LLuís implica prescindir de la noción de progreso. Los tiempos verbales pierden sentido, porque ayer, hoy y mañana son y no son lo mismo. Momentos. Ahora y antes. Adesiara. ¡Ves a saber cuál es su percepción del tiempo!”
Al volver la página del libro de Matsuo Basho, éste me pregunta:
“¿Por el rostro de las flores
será intimidada
La luna tenue?
Y al volver la página, en la penúltima hoja del libro de Màrius, me encuentro con la imagen gráfica de Llullu, con su indumentaria “deportiva” y desde el otro lado del tiempo, corriendo que se las pela, mientras nos dice:
“Nunca podré olvidar las palabras que no recuerdo haber escuchado ni llegado a decir.”
Y cuando parece llegar a la meta, ya en la última página:
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