12.7.07

Un tiempo tan difícil como cualquier otro


Ayer acabé la lectura de un libro de un amigo, escritor bilbaíno, justo con este apóstrofe: en este tiempo, un tiempo tan difícil como cualquier otro. No menciono al autor por negligencia sino por que me consta que le revientan los elogios.
Reflexiones post lecturum: ante el catastrofismo de mis mayores siempre pensé que les vencía el resentimiento porque sus tiempos no regresarían jamás, y eso hay gente que lo lleva francamente mal. Recordaré siempre aquella viñeta de Quino en la que Mafalda se mofa de su padre (el más maltratado de la serie, ya hablaremos de él en otra ocasión) cuando éste suelta el latiguillo de en mis tempos todo era diferente, o algo muy parecido (¡Todo un clásico!).
Porque ya que hablamos de los “como cuando” digámoslo de una vez: nuestro tiempo no es más difícil que cualquier otro. “Como cuando” la guerra de los treinta años, o “como cuando” los romanos arrasaron Cartago con la sana intención de borrarlos de la historia. A mi me flipaban algunos detalles morbosos. Por ejemplo esa secuela –consecuencia lógica, por otra parte- de la tradicional reyerta por la sucesión que obligaba a matar no sólo al competidor (generalmente, padre, hermano o primos) sino a todos sus vástagos. También me chocaba que la historia tratara tan amablemente a personajes como el guaperas de Alejandro Magno o el buenazo de Ulises, por poner sólo dos ejemplos.
Es cierto que a la vejez viruelas y sano pesimismo. Nada más patético que un viejo optimista. Es cierto, no obstante, que a algunos les cogemos un cierto cariño, pero bajo esa capa de admiración se esconde una siempre equívoca compasión hacia el autoengaño. O igual de lamentable, una senilidad irreversible.

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2 comentarios:

Blogger CatiSampolFrontera ha dicho...

Buenas!

Por aquí de nuevo, de visita.

Cierto es, que hay que salir del tópico de que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Hay que salir de este topico.

Un abrazo

1:52 p. m.  
Blogger Cronopio ha dicho...

Bienvenida!
Ya de vuelta de mis mini vacaciones en Oporto.
Es cierto, el revés de la afirmación es cuando mi mamá dice
Que el mundo nunca ha estado tan mal como ahora,
Cuando en realidad debería decir: nunca he sido tan vieja como ahora.
Y es que cuando ya no estamos en el escenario, ni tan siquiera en el patio de butacas, vaya, casi en la salida, perdemos la perspectiva.
La otra cara de la moneda, por otra parte, es cuando esos políticos bobos se llenan la boca afirmando que basan toda su “esperanza” en la vitalidad de los jóvenes.
¡Dios mío! Pero vaya panorama, ¿no?, digo, JAJAJA, mientras casi me echan del patio de butacas....
Un abrazo

10:26 p. m.  

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