Escalera mecánica
Y, así, justo cuando el primer lento de Michel Polnareff, Love me please love me, yo ya estaba a la rueda de Petri, la chica que estudiaba Comercio, su mirada un poco estrábica, eso es cierto, pero un cuerpo de canela en rama, y, además, era verdad lo que me dijo Ricky más tarde, riéndose a mandíbula batiente, es verdad que me dio un poco de vergüenza, porque Isabel, a quién abandoné súbitamente cuando un colega se me chivó de que tenía el novio en la mili, me miraba de soslayo, resentida sin lugar a dudas por tan breve cortejo. Pero la cosa era más grave de lo que aparentaba porque el tiempo pasaba inexorablemente y el guaperas de Alberto se estaba dando el lote en la semioscuridad del pasillo que daba al lavabo, mientras yo me atragantaba en los prolegómenos...
- ¿Estudias o trabajas?
- Comercio- dijo ella, preguntándose, sin duda, si yo era estúpido o sólo lo simulaba.
Como era tan ignorante como ahora, no me sabía las letras de las canciones, aunque también es cierto que influía en ello una pereza innata por desvelar tan mágicos sonidos. Porque aquel título, Satisfaction, lo decía todo, absolutamente todo. Bastaba con ver las caras de los Stones en la revistas y en las portadas de los discos, con escuchar el rugir de sus gargantas y el estruendo de sus guitarras eléctricas para adivinar que tampoco ellos estaban muy de acuerdo con esa bomba fétida que los mayores denominaban con el bondadoso y genérico título de normalidad. Y los besos, claro, el sexo tampoco les hacía mucha gracia a los que ya habían hecho la mili, y a nosotros toda la del mundo.
Luego llegó el tiempo, sin avisar. Fue como subir en una escalera mecánica, quiero decir que yo no tuve que hacer nada, apenas agarrarme a la pasarela y poco más, y el tiempo se me llevó para arriba, ¡ZAS! En volandas, un día tras otro, con sus meses y sus años, con sus afilados dientes de metal subiendo y repitiéndose.
Etiquetas: crónicas
2 comentarios:
Cuando pones un You Tube de éstos, suele costar un montón acceder a los comentarios.
A poner, como ahora, un comentario sobre que ese efecto de la escalera mecánica, que te va subiendo casi inapreciablemente, sin esfuerzo por tu parte, está muy bien visto o, por lo menos, que yo también lo he experimentado en mis carnes.
¡Quizás sí que nos hemos quedado con la satisfacción esa, y justo ahí!
Recuerdos,
Bueno, amigo, reconozco que no pude resistir la tentación de “subirme” a los Stones. Estoy de período de prácticas con esto del You tube, como niño con zapatos nuevos. Supongo que se me pasará, porque como tú dices lo que importa (en mi caso) es escribir. Supongo que ya habrás adivinado que estoy rescatando los viejos Informes, los paso por el Turmix, las tijeras y un poco de pegamento pero, sobre todo, tijeras.
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