7.6.08

Javier Pérez Andújar: Es de ellos

Ha ido forjándose en esos días la costumbre de que la televisión, el aparato en su voluntad de mueble vivo, pierda la señal de la emisora como a uno tampoco le llegaran las señales o las señas de su identidad y entonces se levantará mi padre y sacudirá las paredes del televisor a la manera en que se dan un coscorrón o unos azotes en la mejilla.

Cobra así el aparato, claro, algo de objeto castigado porque no ha sabido comportarse en familia, y a la vez mi padre manifiesta en ese gesto el último intento de la clase trabajadora por subyugar a la maquinaria, a la tecnología, con la misma fuerza física que vende a raudales.
(…)
El usual desaparecer de las imágenes de la televisión
dará lugar a que la gente se invente la frase “es de ellos”, que también se va a utilizar mucho en mi familia. Con esta expresión entenderé que en el mundo estamos ellos y nosotros, y que por lo visto todo, hasta las interrupciones, les pertenecen a ellos.
“Será de ellos”, ha murmurado mi tío Ginés con un cigarro en una mano haciendo el cenicero con la otra, y lo ha pronunciado con ese escepticismo de quien lleva calada hasta el tuétano la certeza de que quienes lo ganaron todo fueron ellos. A través de los desajustes de la televisión, voy a asimilar cómo el lenguaje ha encontrado una manera pública de manifestar que vivimos en una España divisible por dos: la de ellos, y la otra.
Texto: Javier Pérez Andújar: Los príncipes valientes, 2007
Tusquets editores, colección andanzas, Páginas 104-106

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