30.5.08

Un tal Oscar Peterson al piano

“Y la Maga estaba llorando, Guy había desaparecido, Etienne se iba detrás de Perico, y Gregorovius, Wong y Ronald miraban un disco que giraba lentamente, treinta y tres revoluciones y media por minuto, ni una más ni una menos, y en esas revoluciones Oscar’s Blues, claro que por el mismo Oscar al piano, un tal Oscar Peterson, un tal pianista con algo de tigre y felpa, un tal pianista triste y gordo, un tipo al piano y la lluvia sobre la claraboya, en fin, literatura.”
JULIO CORTAZAR: Rayuela, 1963,
Cátedra, 1984, edición crítica de Andrés Amorós, Págs. 210-211

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Hay veces que un cierto vértigo gira alrededor de la cabeza, y de tanto en tanto la arrastra.
Cortázar escribió eso -según pones- antes de 1963. Oscar Peterson acaba de morir, y hace poco aún le daba al piano. Se dan pocos casos de éstos, en los que parece que ciertos personajes estén siempre ahí, inalterables, como si fueran un disco, o un cuadro, y no una persona.
A Cortázar le duró -¡ay!- menos. Sólo ese par de décadas en que se decía aquello de que, viendo la foto, no se diría la edad que tenía.
Saludos, Popaul

9:56 p. m.  
Blogger Cronopio ha dicho...

Sí, decían que Julio tenía la "enfermedad" de la eterna juventud. Ni Indiana Jones lo consiguió nunca, y ya lleva cuatro pelis...
Ese don inalcanzable y, quizás por eso mismo, tan maravilloso como todo lo inasequible pero deseado...

9:32 p. m.  

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