La cabeza de una Barbie pegada a la nevera
Ahí estaba.
Me quedé plantado frente ala nevera, observando durante no sé cuanto tiempo, mirándola como un imbécil.
Pegada a la nevera, el pelo sujeto a la puerta gracias a uno de mis imanes con frutas tropicales, había la cabeza de una Barbie. No recordaba haberla dejado allí. Ni siquiera recodaba que tuviera una. Y diría que se trata de la clase de cosa de la que uno se acuerda.
Llevé la mano hacia la cabecita de plástico, y ésta se balanceó suavemente chocando contra la puerta con un ligero tac. Se giró un poco, lo justo para que Barbie me mirara con un interés tenso, estilo perruno. Le devolví la mirada.
Sin saber a ciencia cierta qué hacía o por qué, abrí la puerta del congelador. Allí, cuidadosamente dispuesto sobre la bandeja del hielo, estaba el cuerpo de la Barbie. Le habían arrancado las piernas y los brazos, y el cuerpo había sido separado a la altura de la cintura. Las piezas estaban pulcramente colocadas, envueltas y atadas con un lazo de color rosa. Y una de las manitas de la Barbie sostenía un pequeño complemento: un espejito de mano Barbie.
Ya no cabía duda sobre quién había estado en mi apartamento. A menos que me tragara la idea de que algún extraño, por razones desconocidas, había elegido al azar mi apartamento como el lugar ideal para enterrar a una Barbie decapitada.
Me quedé plantado frente ala nevera, observando durante no sé cuanto tiempo, mirándola como un imbécil.
Pegada a la nevera, el pelo sujeto a la puerta gracias a uno de mis imanes con frutas tropicales, había la cabeza de una Barbie. No recordaba haberla dejado allí. Ni siquiera recodaba que tuviera una. Y diría que se trata de la clase de cosa de la que uno se acuerda.
Llevé la mano hacia la cabecita de plástico, y ésta se balanceó suavemente chocando contra la puerta con un ligero tac. Se giró un poco, lo justo para que Barbie me mirara con un interés tenso, estilo perruno. Le devolví la mirada.
Sin saber a ciencia cierta qué hacía o por qué, abrí la puerta del congelador. Allí, cuidadosamente dispuesto sobre la bandeja del hielo, estaba el cuerpo de la Barbie. Le habían arrancado las piernas y los brazos, y el cuerpo había sido separado a la altura de la cintura. Las piezas estaban pulcramente colocadas, envueltas y atadas con un lazo de color rosa. Y una de las manitas de la Barbie sostenía un pequeño complemento: un espejito de mano Barbie.
Ya no cabía duda sobre quién había estado en mi apartamento. A menos que me tragara la idea de que algún extraño, por razones desconocidas, había elegido al azar mi apartamento como el lugar ideal para enterrar a una Barbie decapitada.
Jeff Lindsay: Dexter, el oscuro pasajero (Darkly Dreaming Dexter), books4pocet, 2008
Televisión, Canal Fox: Dexter, Primera Temporada
Etiquetas: cine
1 comentarios:
mira mi tributo a la barbie de Dexter! si te gusta, dame un voto ^^
http://www.blaffin.com/fox/participation/homenaje-a-dexter
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