13.3.08

FuLano de Tal: Orquesta de sombras


La mano aprende por su cuenta si se la deja,
y entonces en una de esas agarra el aparato
y cuando te das cuenta tenés
a las señoritas de Avignon en mucho mejor,
hay que darle su chance al azar
y a la paciencia, no te parece.
Julio Cortazar

Es cierto, la mano aprende por su cuenta y cuando menos te lo esperas te encuentras en un altillo lleno de humo y palabras revoloteando por su cuenta y cuando nos damos cuenta ahí estamos todos, ciegos de risa, luchando por atraparlas, así, en plena libertad. Y el humo de todos y, particularmente, el whisky de Pino, no son meros aditamentos, porque como ya nos dijo Gómez de la Serna (en una de sus imaginarias visitas, a modo de fantasma-cronopio): “Fumad mientras miráis al público por encima de las gafas de la música.
Es cierto, en esto consiste el juego, cuando cada casilla del tablero es una palabra y cada palabra rellena un vacío, y en la exclusiva relación entre cada una de ellas con la siguiente, y viceversa, nace un nuevo mundo creado a partir de un azar tan necesario como el aire que respiramos. Poesía, al fin y al cabo.
Es cierto, somos capaces de imaginar.

El puente no suprime la distancia:
es una mediación; tampoco anula diferencias:
establece una relación de términos distintos."
Octavio Paz.

Orquesta de Sombras
Elija usted un momento propicio, en el que, a ser posible el mundo visible se haya desvanecido en grado suficiente como para que pueda vislumbrar, al menos, el mundo aparentemente ajeno que acecha desde las sombras.
Procúrese una superficie plana, por ejemplo, una mesa. Y unas tijeras, un tubo de pegamento, un sobre, un par de folios y algún periódico, del día o atrasado, da lo mismo. Hágalo con atención y sin prisas. Recuerde: el tiempo es tan flexible como usted lo desee.
Acto seguido, recorte aquellas palabras que más le llamen la atención, sea por su tipografía, su textura, su posición en la página, su tamaño, su significado, su significante, etcétera. No intente predecir el futuro. Manténgase lo más distante posible. No le preocupe encandilarse en ese preciso momento por Big Hill Broonzy cantando Get Back. Al contrario, déle las gracias al de los discos por la elección.
Una vez tenga un número suficiente de palabras, aparte los utensilios, periódico, pegamento, folios y, tijeras y contemple un buen rato el grupo de palabras que tiene sobre la mesa. No lo dude, va bien encaminado.
En tan buena disposición, percibirá sin duda que las palabras elegidas y luego recortadas empiezan a moverse. No, no son imaginaciones suyas. O puede que sí. Todo es posible. Pero llegados aquí, eso ya da igual, porque… ¿A que sí? ¿A que empiezan a moverse, a buscarse unas a otras, como en un romance de callejuelas oscuras y besos furtivos?
No sea rácano, pues. Écheles una mano, y nunca mejor dicho: junte ésta con aquella y la una con la otra.
Comprobará entonces que nunca es demasiado tarde para ser feliz, que las palabras van formando una frase, dos, tres… Y que, sorprendentemente, desde lo particular a lo general, el “texto” que usted ha “encontrado” tiene sentido, mucho más, ¿no es cierto?, que toda la palabrería inútil que ha estado soportando durante la larga jornada. Y mucho más que eso, quizá hasta pueda escuchar el cruce mágico de Big Hill Broonzy con esa musiquilla que desprenden las palabras que usted ha elegido y que, de tanto moverse, ya parece que empiecen a bailar y a tocar sus instrumentos, aquel verbo va de trombón de varas, y ese adverbio tan oportuno suena a una trompeta, y comprobará también que ese pobre adjetivo al que, confesémoslo, le ha costado un poco encontrarle pareja, ya esta rasgando la guitarra de un sustantivo, y así, sin más, se encontrará con el desenlace final, con una auténtica Orquesta de sombras.
Y como colofón, pegue cuidadosamente las palabras en un folio en blanco, en el orden y secuencia que ellas mismas – con su valiosa ayuda, quede claro – han elegido. Y una vez finalizada la operación, introduzca la Orquesta entera en el sobre y remítala a un amigo o amiga. Seguro que se lo merece.

A la luz del sol, continúa siendo normal el mundo visible.
El ajeno nos acecha desde la sombra."
Pessoa

Es cierto. No lo dude.

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