26.10.06

Pedro Ugarte: El escritorio

Me aterra mi escritorio. Sólo en un lugar así puedo darme cuenta de tantas cosas inevitables. Mi mesa está llena de papeles, Los cajones, atiborrados, guardan infinidad de carpetas. Por aquí cruzan los manuscritos, las colaboraciones de prensa, los fragmentos que apresuradamente escribo y luego olvido (pero también las facturas, las multas de tráfico, los extractos bancarios, los teléfonos, las direcciones). los papeles nacen y se multiplican. Es verdad que periódicamente afronto, voluntarioso, minuciosas limpiezas: tiro a la basura montañas de papeles. Pero apenas unas semanas de trabajo bastan para verme otra vez rodeado de impresos y de folios, para llenar de nuevo las carpetas y los archivadores. Me siento incapaz de gobernar este océano de objetos. A veces encuentro apuntes con números de teléfono que no sé a quién pertenecen. A veces descubro la nota de citas a las que no he acudido. A veces busco algún papel y compruebo que no está, que debo haberlo destruido en una de mis sumarias limpiezas. Estoy lleno de remordimientos de este tipo. Sé que debería ser más ordenado. Los papeles pasan por mi vida como un vendaval. Pierdo recibos y albaranes, pero también encuentro otros. A veces, en el fondo de un cajón, aparecen unos billetes que semanas antes me hubieran sido absolutamente imprescindibles. A veces descubro cartas de años atrás que merecían la urgente respuesta que no pude o quise dar, postales, inútiles folletos, garantías de aparatos que estropeé hace mucho tiempo, prospectos de pastillas que ingerí imprudentemente, tarjetas de visita de gente que ya no recuerdo, carnés de mis tiempos de estudiante.
Todo esto es una angustiosa sucesión de papeles. No soy capaz de controlar lo que está
ocurriendo. Pero lo más doloroso es que me reconozco una persona insuperablemente olvidadiza y que, aunque lo apunto todo, el desorden disuelve mi memoria en este escritorio hasta que, de forma intempestiva, regresan los recuerdos. "Llámame, por favor", escribe aquella mujer en esta carta que ahora he encontrado. Y pienso en los años que han pasado, pienso que todo esfuerzo resultaría inútil, que un gesto ahora por mi parte sería casi grotesco y que su grito (paralizado para siempre en este trozo de papel, ahora que ella ríe, muy lejos de aquí, y me ha olvidado), su grito seguirá pidiéndome una respuesta ya imposible.

Pedro Ugarte: El escritorio, Materiales para una expedición, Lengua de Trapo, 2002
Carolina Alfaro: Escritorio, Fotografía con tratamiento digital,texturas y saturación de color
Publicado en www.Literatuya.com

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2 comentarios:

Blogger Caballo Cabezota ha dicho...

yo llevo ya 6 años ordenando mi escritorio
no te digo más

_
gracias por tu visita y tus palabras

11:26 p. m.  
Blogger Cronopio ha dicho...

Me encanta tu blog, ya lo sabes
saludos

7:25 p. m.  

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