El gran queso del aire
Esto no es un informe, es una tortuga
Como todo el mundo sabe, un cronopio es una criatura imaginada e inventada por Julio Cortazar. Lo hizo junto a las famas y esperanzas. Aparecieron por primera vez en su libro de cuentos de 1962, Historias de Cronopios y de Famas.
En sus relatos, Cortázar soslaya una descripción física precisa de los cronopios. Se refiere a ellos como "objetos verdes y húmedos". Los relatos, sin embargo, proporcionan claves acerca de la personalidad, sus hábitos y sus inclinaciones artísticas. Podríamos decir que, en general, los cronopios son presentados como criaturas ingenuas, idealistas, desordenadas, sensibles y poco convencionales, en claro contraste con los famas, que son rígidos, organizados y sentenciosos; y los esperanzas: simples, indolentes, ignorantes y aburridos.
Aclaraciones
En sus relatos, Cortázar soslaya una descripción física precisa de los cronopios. Se refiere a ellos como "objetos verdes y húmedos". Los relatos, sin embargo, proporcionan claves acerca de la personalidad, sus hábitos y sus inclinaciones artísticas. Podríamos decir que, en general, los cronopios son presentados como criaturas ingenuas, idealistas, desordenadas, sensibles y poco convencionales, en claro contraste con los famas, que son rígidos, organizados y sentenciosos; y los esperanzas: simples, indolentes, ignorantes y aburridos.
Aclaraciones
Los cronopios cada vez que encuentran una tortuga sacan la caja de tizas de colores y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina.
Porque los cronopios no escriben cartas (ni informes, como las morsas) sino tortugas, por eso mismo el 12 de febrero de 1983 (cuatro meses justos antes de su muerte) Julio Cortazar le escribe a Roberto López, en Suecia, una carta que empieza así: esto no es una carta, es una tortuga.
Con los cronopios nunca se sabe. Cuando Marina y Paco, desde Estocolmo, donde fundaron un
Porque los cronopios no escriben cartas (ni informes, como las morsas) sino tortugas, por eso mismo el 12 de febrero de 1983 (cuatro meses justos antes de su muerte) Julio Cortazar le escribe a Roberto López, en Suecia, una carta que empieza así: esto no es una carta, es una tortuga.
Con los cronopios nunca se sabe. Cuando Marina y Paco, desde Estocolmo, donde fundaron un
Club de Cronopios, le enviaron a Julio un cronopio verde (antes le habían regalado uno de color rojo a Pablo Neruda), éste contestó que, cuando abrió el paquete, el cronopio se moría de risa mirándome, y yo lo tomé en mis brazos e inmediatamente se hizo pis en mi pulóver de cachemira, cronopio desgraciado.
Los cronopios, en lugar de un tratado de García Márquez o una rubia de costumbres elásticas, eligen casi siempre una banana. Además, detestan los bostezos, los practiquen vigilantes jurados, curas o jefes de negociado.
Y casi siempre buscan las explicaciones donde no las hay. por ejemplo, en los cubos de la basura. Dicen: la mano aprende por su cuenta si se la deja, y, entonces, en una de esas agarra el aparato y cuando te das cuenta ya tienes a las señoritas de Avignon. Es decir, hay que darle su chance al azar y a la paciencia, no te parece.
Los cronopios le tienen pavor a caerse de espaldas, piénsese en los escarabajos, ¿o no? Les encanta, sin embargo, las cartas ventiladas (es decir, con sus buenos espacios en blanco) ya que son más elegantes.
Cuando el cronopio debe hacerse una foto para algún trámite oficial, acude al Fotomatón y se hace retratar de la forma siguiente: las cinco primeras fotos muy en serio, y la última sacando la lengua. Esta última el cronopio se la guarda para él y está contentísimo con esa foto.
En casa de los cronopios se descuelga, de vez en cuando, alguna mosca volando de espaldas y cuando se lo cuentan a algún amigo se produce uno de esos silencios que parecen agujeros en el gran queso del aire.
Los cronopios, en lugar de un tratado de García Márquez o una rubia de costumbres elásticas, eligen casi siempre una banana. Además, detestan los bostezos, los practiquen vigilantes jurados, curas o jefes de negociado.
Y casi siempre buscan las explicaciones donde no las hay. por ejemplo, en los cubos de la basura. Dicen: la mano aprende por su cuenta si se la deja, y, entonces, en una de esas agarra el aparato y cuando te das cuenta ya tienes a las señoritas de Avignon. Es decir, hay que darle su chance al azar y a la paciencia, no te parece.
Los cronopios le tienen pavor a caerse de espaldas, piénsese en los escarabajos, ¿o no? Les encanta, sin embargo, las cartas ventiladas (es decir, con sus buenos espacios en blanco) ya que son más elegantes.
Cuando el cronopio debe hacerse una foto para algún trámite oficial, acude al Fotomatón y se hace retratar de la forma siguiente: las cinco primeras fotos muy en serio, y la última sacando la lengua. Esta última el cronopio se la guarda para él y está contentísimo con esa foto.
En casa de los cronopios se descuelga, de vez en cuando, alguna mosca volando de espaldas y cuando se lo cuentan a algún amigo se produce uno de esos silencios que parecen agujeros en el gran queso del aire.
Algunos cronopios sólo necesitan un metro cuadrado para vivir lo que se dice en su casa y, entonces, se encuentran con infinitos problemas porque en realidad nadie tiene un metro cuadrado sino muchísimos metros cuadrados, y vender un metro cuadrado en mitad o al extremo de los otros metros cuadrados plantea problemas de catastro, de convivencia, de impuestos y además es ridículo y no se hace.
Julio Cortazar: Manual de cronopios. Madrid, ediciones e la Torre 1992. Introducción de Francisco J.Uriz. Dibujos de José Luis Largo.
Otras explicaciones donde no las hay:
Diversos episodios de Manual de los cronopios
http://www.literatura.org/Cortazar/Cronopios.html
El blog de los cronopios
http://cronopios.net/blog/
El Club de los cronopios
http://www.literatuya.com/cronopios/index.htm
Julio Cortázar habla deHistorias de cronopios y de famas
http://www.geocities.com/juliocortazar_arg/sobrecronopios.htm
La página de los cronopios
http://www.geocities.com/Athens/8559/
Página oficial de Julio Cortazar
http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/cortazar/home.htm
Julio Cortazar: Manual de cronopios. Madrid, ediciones e la Torre 1992. Introducción de Francisco J.Uriz. Dibujos de José Luis Largo.
Otras explicaciones donde no las hay:
Diversos episodios de Manual de los cronopios
http://www.literatura.org/Cortazar/Cronopios.html
El blog de los cronopios
http://cronopios.net/blog/
El Club de los cronopios
http://www.literatuya.com/cronopios/index.htm
Julio Cortázar habla deHistorias de cronopios y de famas
http://www.geocities.com/juliocortazar_arg/sobrecronopios.htm
La página de los cronopios
http://www.geocities.com/Athens/8559/
Página oficial de Julio Cortazar
http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/cortazar/home.htm
El Club de los cronopios de la revista Literatuya
Etiquetas: El casillero de Julio
7 comentarios:
Que tortuga mas buena!
Me gustó. Y me lo bebí.
.."Criaturas ingenuas, idealistas, sensibles, poco convencionales,
un espejo...
Aunque prefiero el rojo que el verde! Creo que voy a leerme de nuevo este libro de cuentos.
¿Dónde encontraríamos ahora mismo una última colonia de cronopios, superviviente del naufragio?
Gracias por las claves de acceso, y recuerdos,
Juan Manuel
Que sea de provecho
Por cierto, no hay manera de meter ningún comentario en vuestro oscuro, abstruso y despiadado blog de les plus simples, lo de más simples será una broma, ¿no?
Bueno, querida Rosa
Más que cuentos son historietas, diabluras de los cronopios, fantasías de un mundo al revés, hay piezas maestras... ¡Vale la pena!
Querido Juan Manuel:
Y me pregunto yo, ¿cuándo estrenarás tu blog "EN LETRAS DE MOLDE" o "ARCADIA TAMBIÉN ESTA NOCHE? Creo que ahora que Literatuya ha muerto de inanición (por dimisión del maquinista) sería el momento.
Si: Es una lástima que "Literatuya" esté ahí al lado de cuerpo presente. En "Arcadia también esta noche" se podría hablar ahora de "El último show" (¿se murió Robert Altman para combinar perfectamente con su última y agradable película?), de "La vida de los otros" (o lo reconfortante de la salida de la grisalla), o de "Juegos secretos" (¡esa enternecedora madre preocupada por el futuro de su hijo!).
Recuerdos, Juan Manuel
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