El escritorio

Todo esto es una angustiosa sucesión de papeles. No soy capaz de controlar lo que está ocurriendo. Pero lo más doloroso es que me reconozco una persona insuperablemente olvidadiza y que, aunque lo apunto todo, el desorden disuelve mi memoria en este escritorio hasta que, de forma intempestiva, regresan los recuerdos. "Llámame, por favor", escribe aquella mujer en esta carta que ahora he encontrado. Y pienso en los años que han pasado, pienso que todo esfuerzo resultaría inútil, que un gesto ahora por mi parte sería casi grotesco y que su grito (paralizado para siempre en este trozo de papel, ahora que ella ríe, muy lejos de aquí, y me ha olvidado), su grito seguirá pidiéndome una respuesta ya imposible.
Pedro Ugarte: El escritorio
Materiales para una expedición
Ediciones Lengua de Trapo SL, 2002
Carolina Alfaro: Escritorio
Carolina Alfaro: Escritorio
Descripción: Fotografía con tratamiento digital, texturas y saturación de color
http://www.galeriagoya.com/
http://www.galeriagoya.com/

Carolina
Alfaro: De pequeña me gustaba esconderme por los recovecos de los setos. Allí encontraba todo lo que me hacía falta para olvidarme por algún tiempo de que existía y respiraba. Jugaba a dejar de existir y lo lograba bastante bien.
Nadie sabía nunca donde buscarme y encontrarme. Pero también me gustaba alejarme de la casa y caminar, hasta perderme, por los senderos próximos y averiguar si terminaban alguna vez, pues estaba convencida de que no tendrían fin. Se perdían en la lejanía y donde parecía que se acababan empezaban de nuevo y otra vez se les veía perderse donde empiezan las nubes.
Buscaba otros caminos y les pasaba lo mismo siempre. Siempre eran caminos largos que llegaban al cielo y se volvían estrellas al llegar la noche y yo soñaba con llegar hasta ellas a través de esos pasillos sin fondo...

Nadie sabía nunca donde buscarme y encontrarme. Pero también me gustaba alejarme de la casa y caminar, hasta perderme, por los senderos próximos y averiguar si terminaban alguna vez, pues estaba convencida de que no tendrían fin. Se perdían en la lejanía y donde parecía que se acababan empezaban de nuevo y otra vez se les veía perderse donde empiezan las nubes.
Buscaba otros caminos y les pasaba lo mismo siempre. Siempre eran caminos largos que llegaban al cielo y se volvían estrellas al llegar la noche y yo soñaba con llegar hasta ellas a través de esos pasillos sin fondo...
Etiquetas: fotografía, literatura
2 comentarios:
Los papeles,son en verdad, una plaga que desde mediados del siglo pasado hasta nuestros días nos ha ido invadiendo y que irremediablemente seguirá haciendolo. Por mucho que luchemos contra ella seguirá allí, ahogando nuestro espacio. Por mucho que queramos evitarlo, será inútil.
Saludos!
Ciertamente este libro de Ugarte es magnífico, piezas cortas y espléndidas. “El escritorio” es una de mis preferidas. La parte más importante de la casa (aparte, ejem, del dormitorio). Un abrazo
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